Distorsionada Realidad

Capitulo VIII.

La mujer que fui.

Miro el reflejo frente a mi y me doy cuenta que aposte y me deje ganar, lo único que me mantiene de pie es el recuerdo que una vez lo tuve, todo salud y amor pero ahora en este mismo instante ya no queda nada, deje todo sin mirar atrás, sin saber el dolor que podría causar a todos, pero no me importo, solo por egoísmo y orgullo, no quería que me vieran destruida como estoy, no quería que vieran como me iba consumiendo día a día como esa joven feliz y optimista iba desapareciendo con el paso de los meses.

Han pasado seis meses, que lo deje todo, mi felicidad y mi amor, no hay día que no me arrepienta de mi decisión, pero ya es tarde, no puedo volver atrás, lo hecho esta, lo que mas duele es el hecho que no se nada de el y tengo miedo de saber, me abra olvidado, me habrá perdonado por lastimarlo como lo hice, aun recuerdo su cara, su voz su todo, eso es lo único que me da ánimos, cada día, para levantarme y seguir, adonde no lo se, el camino de mi vida se perdió en el momento que cruce esa puerta dejando detrás de mi todo lo que amaba, a el y mi familia.

Tal vez será mejor no pensar, en eso por que me hago daño gratuitamente, pero es casi imposible no hacerlo de solo pensar como era mi vida, maldijo el destino por que tenia que ser a mi, esta enfermad no es tan dañina, como lo es saber que perdí todo lo que amaba.

Escuchos todos los comentarios de los médicos, que he estado evolucionando muy bien, que saldré de esta, que soy una mujer fuerte pero de que me sirve, si lo he perdido todo, ya no tengo nada por que luchar, ni nada por que regresar.

Los tratamientos han sido tan agresivos, que casi no salgo de la cama, las nauseas son pan de cada día, solo con pensar en que tengo que alimentarme me dan arcadas, los vómitos son otro cuento cada vez que logro ingerir algún alimento termino devolviendo, he perdido tanto peso que creo que puedo contar cada uno de mis huesos.

Y si eso no es suficiente mi pelo ha desaparecido por completo- mi cabello ese que tanto le gustaba ya no existe.-

Solo soy un trapo de lo que fui. Cuando me veo al espejo, yo misma siento pena de mi misma, lo único que hago es cerrar los ojos y mentalizar la mujer que fui hace seis meses atrás, la persona que el amaba.

He pasado tanto tiempo en este hospital, que ya no recuerdo lo que es estar a aire libre, ya no se lo que estar mirando el atardecer o lo que estar rodeada de gente, mis únicos amigos son los enfermeros que vienen a llevarme para otro tratamiento, lo mas preciado que tengo es mi cama, donde me refugio cada día, mi almohada, que en silencio contiene mi llanto y mis suplicas, para que todo termine y la que guarda los secretos de mi alma y de mi corazón y el silencio es que protege aun los sueños y anhelos de mi mente.

Esos anhelos de Edward entrando a esta habitación, que toma mi mano y me abraza, susurrando que todo va estar bien, esos son los sueños que guarda mi habitación.

Nunca le dicho a nadie la agonía que sufro por verlo, sentirlo, abrazarlo.

Siento un frío inmenso en mi ser, siento que desaparezco minuto a minuto.

Pero no puedo ser tan desagradecida se que no estoy tan sola tengo a mi querido Emmett, pero evito contarle, como me siento ya que también carga con su propia amargura, cuantas noches lo he escuchado llorando por Rose, cuantas veces lo he visto marcarle solo para escuchar su voz através del teléfono para luego contar con la cara llena de lagrimas, se que la ama quizás tanto como yo amo a su hermano.

Pero ambos cerramos nuestro destino, cuando dejamos todo atrás, solo espero que el tenga una oportunidad con ella cuando todo acabe. Ya que para mi creo que no hay vuelta atrás.

Ahora me despido ya que tengo que tratar de dormir, ya que Emmett esta por volver de su ronda y no quiero que me vea llorando de nuevo.

Así, fue como Bella guardo el pequeño cuaderno, en el que solía escribir cada noche, para no sentir que moría un poco mas, en estas paginas dejaba sus miedos, sus anhelos y sueños, en estas hojas en blanco, ella plasma su enfermedad y su amor.

Con la ilusión que algún día, llegara a manos del hombre que amaba, para que supiera que a pesar de todo el dolor de su cuerpo, de su mente, el nunca a desaparecido de su vida, para que sepa que a pesar de no estar junto a el, nunca se fue de su lado.

Espero les guste este capitulo, el próximo es de Edward un beso y las quiero POLA CULLEN