N/A: Awww!!! al fin lo terminé!!! aquí les dejo el capítulo de hoy :) Espero que les guste!!! a mí me encantó, les juro que me imagine en el lugar de Marie. Cariños para todas. Las amo!!!
Por culpa de mi Alma
“Aléjate de mi pues tu bien sabes que no te merezco
quisiera arrepentirme, ser el mismo y no decirte esto
Aléjate de mi, escapa, vete ya no debo verte
Entiende que aunque pida que te vayas no quiero perderte”.
Marie Pov
No, no, no, estas cosas solo me pasan a mí, ¿Porqué?. Me devané la cabeza pensando y por más que lo intentaba no llegaba a ninguna conclusión.
El lado racional de mi cerebro me decía que todo esto era una mentira, un broma de mal gusto, una macabra idea de mi imaginación, pero si eso fuera así, ¿Cómo explicar la velocidad sobrehumana que Edward utilizó para darme alcance en sendero?, porque… es decir, tenía que haber una explicación lógica y racional para lo que mis ojos habían visto ¿No?.Pero era innegable el parecido asombroso que él tenía con el resto de su familia, es que tampoco eso era normal, ya me lo había pensado, pero siempre creí que el Doctor Carlisle y su señora los habían escogido por su parecido físico con ellos, sus facciones eran muy diferentes entres sí, pero como no notar el dorado de sus ojos o la extremada palidez que todos tenían en su piel, o que todos tuvieran cuerpos de súper modelos, como perfectos maniquíes. Es que eran tantas las cosas que se mezclaban en mi mente, tanto que pensar, tantos detalles en los cuales no me había detenido antes.
También estaba el dolor, el dolor emocional y físico que todo esto me estaba causando, ¿Por qué escoger precisamente el día de mi cumpleaños para decirme esta sarta de mentiras? ¿Por qué hacerlo después de que todo había sido tan mágico horas o incluso minutos antes? ¿Por qué si él quería herirme me había permitido besarlo y peor aún, me había besado él después a mí?.
Por otra parte no lo creía capaz de mentirme de esta manera, no parecía un hombre de esos, la otra mitad de mi cerebro creía un poco en sus palabras, no había visto en sus ojos ni un poco de mentira, siempre me consideré una persona intuitiva, pero si todo esto era una mentira entonces él debía ser el mejor de los actores. No encontraba otra explicación.
Vampiros. Já, todo el mundo sabía que ellos no existían. Que se instalaron en el inconsciente colectivo después de que un escritor creo a Drácula. Y en todo caso ni Edward ni su familia encajaban en el perfil que Bram Stoker en 1.897 le había dado a los vampiros. Yo había leído esa antiquísima novela un verano cuando había ido a la biblioteca nacional, y recordaba perfectamente las característica que el autor le había dado a esos seres mitológicos.
Inmortales, bebedores de sangre HUMANA, no podían salir a la luz del sol, se convertían en murciélagos, volaban, vivían en mansiones antiguas y dormían en ataúdes. Ósea, no me imaginaba a ningún Cullen así. No me calzaba por ningún lado.
Una vez había leído historias y fábulas de que aquí en Washington años atrás habían habitados más de algún ser mitológico, pero eran historias de hace más de 70 años, la gente en ese tiempo era más incrédula, supongo.
Ok, aquí estaba mi parte racional, siempre buscando respuestas científicas o en este caso literarias. Quizás simplemente debía creerle y ya, quizás él si decía la verdad.
Pero… ya, supongamos que sea todo cierto, que Edward era un Vampiro, si así fuese mi vida estaba en peligro, había estado en peligro de morir y yo ni cuenta me había dado.
Un miedo ilógico me recorrió y me hiso temblar. ¿Sería cierto?.
Bueno, él había dicho que no se alimentaban de humanos, por el contrario lo hacía de animales.
Si continuo pensando me volveré loca, lo peor de todo es que ya no había como retroceder el tiempo, yo ya estaba estúpidamente enamorada de Edward, lo amaba demasiado, le había dado mi corazón en bandeja de plata esta tarde y él lo había tomado, ahora no sabía cómo recuperarlo, cómo dejar de sentir este dolor, cómo quitar de mi cabeza lo que esta tarde había sucedido.
Cómo hacer entender a mi corazón que debe disminuir la intensidad de su palpitar cuando pienso en él, o como parar el revoloteo de las mariposas que juegan en mi vientre con solo tocar con la punta de mis dedos el borde de mi labio, recordando su beso, sintiendo aún su aliento frio entrar por mi boca, su mirada que decía que él también sentía lo mismo que yo, ese brillo en ellos que me tenía totalmente hechizada, hipnotizada, prendada de él.
Yo en un arrebato le había pedido que se alejara de mí, que ya no quería verlo, que era un mentiroso. Y a decir verdad, ya no tenía cara para pararme frente a él, si ni siquiera quería oír la historia completa.
Si todo lo que había dicho era verdad, ¿Por qué no había intentado convencerme en el camino a casa, porqué no había utilizado su supuesta “fuerza” para obligarme?.
Un enorme bostezo me avisó de lo tarde que era, de lo cansada que estaba y de que a mi desgracias aún estaba despierta. – No me habría quejado si todo hubiera sido una pesadilla. Pero no, yo estaba despierta, me encontraba despierta en medio de una pesadilla de la que con todas mis ansias quería despertar.
Sequé las lágrimas de mis ojos por última vez, ya casi no las recordaba, desde esta tarde se habían hecho parte de mí, no me habían abandonado en ningún momento. Nunca había llorado por un hombre, y es que en realidad jamás me había enamorado. Siempre creí que el hombre que mi corazón eligiese sería como los príncipes azules de los antiguos cuentos que mi bis abuela me había contado de niña. Pero irónicamente de igual manera estoy enamorada de un ser irreal, ni los príncipes ni los “vampiros” existen. Aunque hace un par de siglos atrás aún quedaban príncipes. O eso es lo que dicen los libros.
Terminé de quitar mis aretes, de ponerme la pijama y de poner otra cobija sobre la cama y me acosté, pesé largo rato en más preguntas sin resolver, pero finalmente me dormí.
El bosque estaba con una extraña y fría capa de neblina, los árboles formaban enormes sombras que le daban el toque lúgubre al paisaje. Estaba soñando, lo sabía.
No me asusté, yo conocía bien el curso que mi sueño tendría por lo que me dejé llevar por él.
Miré a todos lados en busca del hombre que siempre me cuidaba, ese que se escondía entre las oscuras sombras pero no lo vi, por primera vez desde que mis sueños habían comenzado él no estaba allí.
Esta vez encontrar el claro no fue para nada fácil, otras veces una extraña ráfaga de viento me llevaba casi arrastrándome hacia ese lugar, pero esta noche no era igual. No había ni una sola pizca de viento en el lugar, ni un solo crujido de corteza ni tampoco una sola hoja cayendo.
Mi sueño no era como siempre, algo andaba mal.
Corrí y me perdí en aquel bosque pero finalmente divisé la entrada al prado. Apuré mi paso, pero mi cuerpo se hacía cada vez más pesado, los colores a mi alrededor fueron decayendo hasta terminar solo en tonalidades grisáceas, de las imágenes que recordaba, de cómo había sido el lugar antes de esta noche ya no quedaba nada, todo era frío, tenebroso, oscuro, sin vida.
No vi a la chica joven que siempre estaba llorando, esa que me miraba con esperanza en los ojos, pero con suma tristeza, esa que al final del sueño siempre se despedía como esperando algo más de mí. No, ella no estaba, al igual que el hombre de las sombras.
Di un paso, y mis pies tocaron por primera vez la hierba del prado, nunca había llegado tan lejos, mi cuerpo seguía pesado, y el miedo se estaba apoderando de mí, era la única vez que lo sentía tan intenso, lo relacioné con el hecho de que mi ángel protector no estaba presente, el sueño se estaba volviendo cada vez más opaco, ya ni siquiera me atrevía a llamarlo sueño, parecía más bien una pesadilla.
Una mano se posó e mi hombro y me sobresaltó, dejé escapar un grito ahogado, pero en cuanto me volteé la pude ver, era la anciana, pero ya no lucía como antes, su semblante también estaba oscuro, sus parpados dibujaban una línea de cansancio, y tenía unas notorias ojeras purpuras bajos sus ojos. Ella no me estaba mirando con la misma calidez con que lo había hecho las últimas veces.
“Marie, estás dejando ir. No lo hagas por favor. Ustedes están destinados a estar juntos”.
Me quedé estática, ella jamás me había hablado y su voz se parecía tanto a la mía, pero era más agotada, más vieja… ronca.
Lo peor de todo es que supe de quién hablaba, ella se refería a Edward, lo sabía, pero no entendía por qué la anciana lo nombraba.
Justo cuando lo iba a hacer ella se desvaneció.
Estiré mi mano para alcanzarla, para detenerla, pero fue tarde, ella se había reducido a humo.
Una angustia se clavó en medio de mi pecho, me sentí culpable sin ninguna razón aparente.
La misma corriente que yo sabía que me arrastraría hasta el punto de partida me estaba tomando de nuevo, pero no me dejó donde siempre, esta vez me dejó en medio del prado, pero no estaba sola nuevamente, y un suspiro se hiso paso por mis labios.
Mi guardián, mi ángel protector estaba allí, de espaldas, cubierto por las sombras. Quise darle alcance pero el peso en mi cuerpo no me lo permitió. Quise con todas mis ganas poder acercarme. Quise hablar pero tampoco pude, mis labios no se abrían, llevé mis manos a la garganta, pero ni así pude hablar ni media palabra.
La sombra que lo cubría comenzó a deslizarse y cuando los vagos rayos del sol tocaron su piel un brillo enceguecedor lo bañó por completo haciendo que mis ojos se cerraran de golpe contra mi voluntad. En cuando pude los abrí poniendo con mi antebrazo mi frente para darle un poco de alivio a mis ojos ante tanta luz.
Mi ángel estaba alejándose, una pequeña nube de humo comenzó a cubrirlo, no sin antes permitirle voltearse, los destellos volvieron a cegarme pero logré ver su rostro.
“¿Edward?”
Él miró en mi dirección sin verme, con los ojos más tristes que he visto en mi vida, no me respondió, fue como si yo hubiera sido invisible para él. Solo bajó su cabeza y volvió a dar la vuelta para que finalmente el humo se dispersara dejando vacio el espacio en donde él había estado.
“¡Edward no te vayas, no por favor!”
6 comentarios:
Nada más me levanté, abrí el blog ya ya me tienen comentando. Se dará cuenta Marie: no se puede alejar del su amor, les dolerá a los dos.
No los hagas sufrir demasiado, por favor.
Muy breve, pero muy intenso.
Besos
Siiiiiiiii!!!!!!!! Ojala se de cuenta que es el destino el que Los ah juntado otra vez. No me los hagas, sufrir mucho. Felicidades cada vez te queda mejor
hay siii q no lo haga sufrir ya ha sufrido bastante sin bellla porfa porfaaaaaaa
me encato es maravilloso, me gusta mucho esta historia lastima que hay q esperar una semana jejeje gracias por la historia es muy buena angy espero con ansias la canti y ojala que Marie se de cuenta de lo q se esta perdiendo
nena cullen:vale angy pobre de mi vampiro que esta sufriendo espero que marie le correspoda pronto porfa que ya a sufido mucho bueno mi niña me a encantado muchos suspiritos de chocolate para ti preciosa
OH, Al fin Marie sabe quien es su angel guardian de sus sueños!
Espero que le sirva para abrir los ojos, para aceptar la historia de Edward...
Espero que de ella el proximo paso y se acerque a Edward...
Besotes
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