N/A: Siiii!! doble capítulo, es que como lo estaba subiendo en fanfiction me dió remordimiento ser injusta con uds. Espero que les guste y dejen muchos comentarios. Bueno nos vemos mañana, ahora voy de salida al cumpleaños de una amiga. Besos!!!
Hombre de Alquiler
Llegó a su casa sin ánimos de nada, solo de dormir, estaba cansada y había tenido un día agotador, entre tribunales, notificaciones y estudiando expedientes. Sus hombros estaban realmente tensos y por todos lados respiraba soledad.
Sí, ella estaba sola, total y completamente SOLA.
Odiaba a Mike, y no lo había vuelto a ver desde el día que había terminado de sacar sus cosas del apartamento, pero se había acostumbrado a tener compañía, a tener un hombre a su lado, aún cuando todo había sido una mentira. Lo extrañaba. Aunque en realidad lo que ella echaba de menos era tener a alguien con quien conversar al llegar a casa, alguien con quien discutir, reír o incluso no hacer nada, alguien con quien dormir abrazada, con quien regalonear o incluso alguien con quien botar las tensiones del trabajo. Necesita a un hombre, pero no iba a arriesgarse a sufrir de nuevo.
Tenía ganas de conocer gente nueva, salir y distraerse un poco, pero Tanya, que era su única amiga estaba demasiado ocupada como para salir con ella. Por lo que de ociosa recordó que tenía aquel anuncio de periódico, estaba aburrida por lo que el bichito de la curiosidad le picó y tomó su teléfono celular. Solo llamaría, no tenía porqué contratar ese tipo de servicios, no era una ninfómana ni menos una mujer que pensara solo en el sexo, de hecho, era la palabra que más terror le causaba, la palabra que menos quería oír. Pero qué demonios, no haría daño a nadie llamando. Solo por curiosidad.
Una grabadora respondió:
“Usted ha llamado a la empresa de “Hombres de Alquiler”, para continuar presione uno”. –Era la voz de una mujer joven.
Isabella ya medio arrepentida quiso colgar, pero la curiosidad era más fuerte, y su corazón se había acelerado víctima de una extraña adrenalina. Marcó la tecla.
La misma voz comenzó a hablar.
“Para oír los servicios que ofrecemos presione uno, para pasar directamente a selección de hombres presione dos”.
Una risa nerviosa salió por los labios de Ella, y presionó el número uno. Se había vuelto loca, no había otra explicación para el libido que le provocaba esta simple llamada.
“Usted puede gozar de los siguientes servicios: <
Sintió como un sofocante calor se apoderaba de ella con solo imaginarse el significado de alguno de los servicios y se descubrió a sí misma sonriendo y con el estómago revolviéndose a causa de un suave y repentino hormigueo.
La vocecita la interrumpió.
“Si desea contactar a uno de nuestros expertos presione dos, para conocer de los ambientes disponibles presione tres o presione nueve para volver al menú principal”.
Ya más entusiasmada no dudó en presionar el número tres en el teclado de su celular.
“ Hombres de Alquiler le proporciona: <
Todo en la lista llamó la atención de Isabella, sabía que lo lógico y racional para una mujer como ella debía ser colgar antes de seguir tentándose, pero todo esto era más fuerte que ella, quería seguir escuchando.
“Cada una de estas habitaciones cuenta con un ambiente: <
Y así lo hiso Isabella.
“Para contactarse con hombres “mixtos”, entiéndase por esto que están disponibles para ser contratados ya sea por hombres o mujeres presione uno. “strippers”, especialistas en despedidas de solteras, atención a grupos o fantasías con animales presione dos, “Hombres de compañía” disponibles con traje y comportamiento apropiado presione tres, “swingers” dispuestos a hacer intercambio de parejas durante el acto sexual presione cuatro, “elección personalizada”, si los detalles de este hombre son muy importantes para usted presione cinco”. –Esta última fue la que llamó más su atención. Por lo que el cinco fue el número que presionó.
A continuación la voz de la grabadora fue reemplazada por varias voces masculinas, cada una haciendo propaganda de sus atributos. Para su sorpresa notó que todos se hacían llamar con nombres de dioses griegos.
“Soy Zeus, el Dios que con veintitrés centímetro te hará tocar el mismísimo cielo, presiona uno y seré el hombre de tus fantasías”- A Isabella le desagradó la voz de este supuesto padre de los dioses por lo que lo descartó, no es que fuera a contratar sus servicios. Claro.
“Mi nombre es Hefesto, tengo veinticinco años, muy bien dotado y soy el Dios del fuego que te hará Arder de placer”.-Demasiado pequeño para su gusto.
“Hola soy el Hades, el Dios del inframundo…”.
Y así pasaron otras voces de hombres haciendo llamar Dioses y poniendo todos sus atributos físicos y masculinos hasta que llegó al último.
“Bueno supongo que soy el número Diez en la lista de tus fantasías, soy Apolo y… si quieres conocerme presiona el cero”. –La voz de este hombre era hipnotizante, seductora pero al mismo tiempo derrochaba timidez, era cálida y aterciopelada. Isabella no pudo resistirse, jamás pensó que existiera una voz tan angelical y que al mismo tiempo que la llamara tanto a la tentación. Presionó el cero.
Días antes de la llamada de Isabella, la vida de Edward estaba dando un giro inesperado. –Inesperado para él pero no para su destino que ya estaba trazado.
Había estado pensando en el anuncio del periódico día y noche, preguntándose si es que se había vuelto loco, si es que realmente estaba tan desesperado como para considerar la idea de volverse un gigoló. Pero por más que ponía en una balanza las ganancias y lo que perdería de hacerlo, sólo veía beneficios.
Lo haría en el más absoluto secreto, nadie podía enterarse de esta locura, ni siquiera su hermano – que a estas alturas era la única persona con la que podía contar. – tomó la servilleta con la dirección y salió de su apartamento.
Cuando estuvo en la puerta del enorme edificio con la dirección que él buscaba pensó en huir antes de concretar la locura que estaba pensando cometer. Pero la angustia y por sobre todo el miedo a verse a sí mismo como un maldito cobarde, débil y vulnerable ante lo que su padre pudiera decirle al verlo volver con la cola entre las piernas, rogando por su dinero, rogando por tener de regreso esa vida a la que había renunciado le dieron las fuerzas para continuar adelante.
Entró y tomó el ascensor hasta el piso que señalaba la servilleta, nervioso bajó y caminó hasta una puerta color marfil y con dos grandes cerraduras de un tono dorado. Tocó con duda en el rostro una vez el timbre y una mujer salió a recibirle al segundo toque que dio a este.
Era una mujer de estatura baja, un poco desgarbada y con anteojos gruesos, de cabello castaño oscuro, tez trigueña, y carente de cualquier tipo de maquillaje. –Para nada encajaba con el perfil de mujer que espera encontrar en un lugar como este.
-“Buenos días, soy la secretaria y mi nombre es Ángela, he de suponer que usted viene por el trabajo ¿verdad?”. –Le saludó la mujer amablemente.
Él se lo pensó por enésima vez, sus pies pedían a gritos comenzar a correr por la misma dirección que habían llegado, pero se auto exigió a recordar los motivos que lo traían hasta aquí por lo que asintió en silencio y sin mirar a los ojos a aquella chica.
-“Adelante, tome asiento y espere a que lo llamemos”.
-“Gracias”.- Respondió él sentándose en uno de los elegantes sofás que decoraban la pequeña habitación. Los nervios lo estaban matando y de pronto sintió nauseas.
-“Necesito que llene un formulario con sus datos” –Dijo la muchacha entregándole una carpeta tamaño oficio color marrón y una lapicera que por los grabados que tenía en la carcasa de plata debía de ser muy costosa.
Las preguntas del formulario lo dejaron con la cara roja cosa que no ayudaba a su nerviosismo, por lo que la rellenó lo antes posible para salir de esto. Entregó el formulario y volvió a sentarse.
Observó cada detalle frente a él. Por un momento se relajó mirando un enorme acuario situado justo a su lado. El suave vaivén de los peces calmó las nauseas y el susurro del tanque de oxígeno calmó sus nervios. Pero esto no duró mucho. Una de las puertas se abrió y una mujer despampanante salió de ella, no era como la secretaria que lo había recibido, esta era delgada y escultural, envuelta en un vestido de satén rojo que enmarcaba perfectamente su figura. De un pelo rizado, largo hasta la cintura y de un rubio casi oxigenado. No era su estilo. Pero sí reconoció la belleza de ella.
-“Ángela, ¿cuántos postulantes quedan?”.
-“Sólo uno Señora.” –Respondió con voz sumisa. Claramente esta nueva mujer era su jefa.
-“¿Tienes la ficha?”.
-“Sí.” –Ella se paró de su escritorio y puso en las manos de su jefa la carpeta marrón con los datos de Edward.
La mujer lo miró de pies a cabeza una y otra vez al tiempo que esbozaba una sonrisa.
Abrió la carpeta y lo llamó por su nombre.
-“¿Edward, verdad?”.
Él se puso de pié y asintió.
-“Bueno, pasa a mi oficina”.
Caminó lentamente, algo asustado, mujeres como esa eran exactamente como las que en el instituto se burlaban de él por ser un cerebrito. Lo intimidaba.
Entró a una oficina, que más bien parecía una habitación. Tenía una cama, cámaras de video, una pantalla de plasma gigante y todo tipo de juguetes sexuales.
Ok, esto terminó por asustarlo. Las ganas de salir corriendo ya eran casi inevitables.
-“A juzgar por tu cara esta debe ser la primera vez que vienes a un lugar como este. ¿o me equivoco?”.-Habló la mujer con picardía en la voz.
-“Pues no te equivocas y te confieso que estoy a punto de salir corriendo”. –Era la verdad. La pura y santa verdad. Todo aquí lo intimidaba comenzando por su anfitriona.
-“ No te conviene.” –Dijo ella alzando las cejas y lo volvió a recorrer con la mirada.
-“¿Por qué lo dices?”-Le preguntó asombrado.
-“Por me pareces un hombre guapo, y solo por tu apariencia estoy prácticamente segura que serás un gran elemento para esta empresa”. –Él la interrumpió antes de que pudiera seguir hablando.
-“Quizás no sea lo que crees”. –Dijo él respondiendo con sinceridad. No se consideraba para nada un maestro de la seducción ni mucho menos un semental.
-“Créeme, sabrás que hacer cuando llegue el momento. Todos los hombres saben qué hacer”.- Dijo ella riendo y redando los ojos.
-“Bueno y supongamos que quiero trabajar con ustedes, qué es lo que tengo que hacer. Y cuanto ganaré. Te seré sincero, y si estoy aquí es solo porque mis problemas financieros me están matando. Sólo por eso”.
-“Todos llegan aquí por dinero. Así es que no creas que eres especial”.
-“A todo esto, mi nombre es Lauren y no tengo problema en que me tutees”. –Extendió su mano y Edward la estrechó.
-“Para qué decirte mi nombre si ya lo sabes”.
-“¿Y dime Edward, qué disponibilidad de tiempo tienes?”.
-“La verdad es que tengo un trabajo de medio día, y en por las tardes trabajo haciendo clases, por lo que si no es inconveniente creo que por las noches”.
-“Me parece perfecto. Antes, necesito ver la mercancía.” – Esto lo dejó helado.
-“¿Mercancía?”.
-“Sí, necesito que te desnudez.” –Habló ella sin tapujos ni rodeos.
-“¿Aquí, ahora?”. – Su rostro estaba más rojo que el rubí, y la verdad es que jamás había estado en esta situación como esta, incluso la encontró un poco humillante. Se sintió como si fuera un objeto, una cosa.
-“Sí, y te pediría por favor que te apresures, no tengo todo el día”.
Ya ni modo, tendría que hacerlo, por lo que comenzó a quitarse la ropa lentamente y ya cuando hubo terminado tapó sus partes íntimas con sus manos y se quedó parado ante la mirada de Lauren.
-“¿Te molesta?”. –Dijo ella señalando a sus manos.
Él las quitó, quería que la tierra se lo tragara, no estaba preparado para esto, aunque en realidad, después de responder el formulario debió esperárselo.
Ella lo miró de todos los ángulos posibles, lo tocó, lo hiso caminar por la habitación y hasta tenderse en la cama. Luego de que se cansara de observarlo habló.
-“Ya puedes vestirte”.
-“¿Eso es todo?”. –Preguntó asombrado, ya estaba prácticamente imaginando que tendría que acostarse con ella.
-“Sí”. –Respondió ella sin levantar la vista del formulario donde tomaba notas.
-“¿Y me dirás al menos si quedé o no?”.
Ella levantó la vista para volver a mirarlo de arriba hacia abajo.
-“Estás dentro”. –Una sonrisa espontánea llenó el rostro de Edward. Una parte de él estaba feliz, pero por otro lado su corazón latía de manera poco usual al pensar en su familia y en lo que estaba próximo a convertirse.
-“¿Puedo preguntarte algo?”.
-“Dime”. – Respondió ella sin levantar la vista del formulario y sin prestarle mayor atención.
-“La verdad es que necesito guardar el anonimato, pertenezco a una familia importante, y no me gustaría que nadie se enterara de esto. ¿Es posible?”.
-“Bueno, te informo que ninguno de los chicos que trabaja aquí usa su verdadero nombre, por lo demás aseguramos máxima discreción tanto como para nuestras clientas como para ustedes. Ah. Por cierto, a partir de ahora serás Apolo”.
-“¿Apolo?”.- Esto último le causó curiosidad y un poco de risa.-“¿Por qué?”.
-“Porque aquí utilizamos nombres de Dioses Griegos, y Apolo es uno de los Dioses de la belleza, y tú eres perfecto para llevar este nombre y por lo demás es el único disponible”.
-“¿Puedo pedir un par de cosas?”.
-“Eso depende. Pero adelante, te escucho”.
-“Sería posible vendar los ojos de mi “clienta”, no quiero correr el riesgo de ser reconocido, y lo otro, es que no quiero pasar por tantas mujeres”. –Esto era lo único que se le ocurría para no lastimar a su familia.
-“No creo que haya problema con eso. Siempre que la clienta no se oponga”.
-“Gracias. ¿Puedo marcharme ya?”.
-“No, antes debes dejar una grabación, ve y dile a Ángela que la haga. Y en cuanto a la paga, aquí trabajamos por porcentajes, y por bonos, todo depende de cuán bien te desempeñes. Pero te aseguro que ganarás tanto que no querrás dejar este trabajo jamás. Hay muchos que desearían estar en tu lugar. Digo, para que te enteres”.
-“Bueno, supongo que cuando tenga que trabajar me llamarás ¿verdad?”.
- “La próxima semana Ángela te dará una lista con tus horarios, el nombre de tu clienta y el lugar al que debes ir”. –Estaba a punto de dejar la habitación cuando Lauren lo detuvo. –“Otra cosa, tenemos tres reglas que debes respetar”.
-“¿Cuáles?”. –Dejó su andar y se dio la vuelta para mirarla.
-“Primero, no tienes permitido pedir detalles personales de las clientas, Segundo, no te enamores de ellas y por último, debes mantener distancia de las clientas cuando estés fuera del horario de trabajo. Necesitamos personas de confianza, y ante que todo está la seguridad de nuestros clientes. Ángela te hará firmar una clausula de discreción y secreto”. –Él asintió. Sin replicar nada. Le parecía lo justo. Y es que tampoco tenía pensado enamorarse de una mujer cómo las que eran capaces de contratar hombres para tener sexo.
Sin nada más de qué hablar con su nueva jefa Él se dirigió a donde se encontraba la secretaria, hiso la grabación y se marchó luego de firmar la cláusula.
-“Apolo”. – Soltó una risa mientras dejaba el edificio.
8 comentarios:
Aaaaaaaaaaah!!!!!!!!!!!!!!8con las manos en la cabeza) no puedo creer que lo dejes a si!!! enserio porque que!!! malaaaa.... mueroooo muerooooooo dame el numero de esa agencia que quiero contratara Apolo..(mierda tengo un amigo al que le dicen asi, ya no lo vere con los mismos ojos de ahora en adelante )
te amoooo Nalla
hay diosssssss!!! nooo sabe tengo ganas de masssssssssssssssssssssss
jajaja me encantooo por diosssssss
Nooooooooooo....Angyyyy...porque???? lo dejas en lo mejor...nunca es suficiente, jajajaja....mas.mas. Por favorrr
nena cullen : dios angy no te dije que cada vez estoy mas adicta que es mi marca de heroina jajajj y vas tu y me dejas en lo mejor por dios diablilla ya parale de dejarme en lo mejor pero me encanta mi niña un beso y muchos suspiros de chocolate
QUE RÁPIDA!!! Perfecto el nombre, le va como anillo al dedo.
Angy, es superoriginal y fantástico el fics.
Más besotes, que te los estás currando bien, nenita.
Aullidos no se permiten..por ´
el, pero Dios hermanita, al leer los tres capítulos de un tirón no se que hacer ..quiero aullar , batir alas, Dios Apolo...me pasas el telefono para contratarlo
Plissssss
te quiero..
esta hermoso el Fic...
Madre mía, madre mía, madre mía... Y yo sin ese número en la agenda... Por favor, como nos puedes dejar así... Necesito el próximo capítulo con urgencia o la taquicardia que estoy sufriendo ahora mismo empeorará sin remedio!!!!!!!!!!
Noe76
jajaj cada evz mejro yo kiero a ese apolo se puede????
jajaja
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