N/A: bueno nenas, son las 9:14 de la mañana y ya voy tarde para llegar a la U, la verdad es que hoy hay doble capítulo de placenteros, pero el otro cap. lo subiré como a las 3 de la tarde cuando llegue de la U, Las adoro!! y FELICIDADES!! La encuesta del concurso ya se cerró y tenemos ganadaras!!! Mi Lullaby querida!!! Felicitaciones.
Placenteros y Culposos
Bella pov
“Eres tú lo que quiero cada día,
Si te sueltas de mi mano, creo que moriría.
Juro que por siempre cuidaré de ti,
Me muero si te pierdo, si te alejan de mí.”
En cuanto Esme salió por esa puerta que ahora se encontraba cerrada a mis espaldas el silencio más cómodo se adueñó de todo el lugar, respiré profundamente con la intención de calmarme, un intento de auto convencerme de que sería la persona más cobarde del universo si daba media vuelta, abría esa puerta y saliera de aquel acogedor hogar huyendo solo por miedo.
Volví a respirar hondo y otra vez el particular aroma del incienso que Esme solía prender se coló por mis narices hasta llegar a mis pulmones, “Vainilla”, reconocí este aroma como parte del perfume en las ropas de Edward, fragancia que se mezcla perfectamente con su esencia.
Me quedé parada por unos segundos frente al pie de las escaleras que me llevarían a la habitación donde mi novio descansaba, miré pausadamente cada peldaño hasta llegar al último que desaparecía al comienzo de la planta alta.
“¿Cómo es que había llegado a sentirme tan nerviosa, ansiosa y miedosa por el solo hecho de que pronto lo vería?”
Me reí, no tenía respuesta para esta simple pregunta.
“Y voy contigo, a donde me quieras llevar,
Voy contigo, no temo si tú vas,
Te amaré, por el resto de mis días, te amaré”.
Lo único que sabía, lo único que mi mente asoció como la respuesta más coherente y obvia era que ya no tenía boleto de regreso, estaba embarcada en un avión sin retorno, estaba dando un paso demasiado importante como para dar pié atrás.
“Esta vez no me dejaría vencer por mis inseguridades, quería por sobre todo ser feliz, pero aún más compartirla con aquel hombre que sin saberlo se había ganado ya mi respeto y mi compromiso para con él”.
Volví a llenar mis pulmones con la esencia de vainilla y con las piernas aún temblando me destiné a subir las escaleras. Curiosamente a mitad del camino mis rodillas dejaron ese temblor y mis pasos se hicieron cada vez más certeros y confiados. Así era como me sentía. Confiada.
Una vez que llegué al segundo piso, caminé con todo el sigilo que pude hasta llegar a estar de pie frente a la puerta de su habitación que se encontraba levemente abierta, desde la ranura podía ver parte de la cama de Edward, por el silencio me percaté de que seguramente se encontraba durmiendo, por lo que con suavidad y sumo cuidado empujé la puerta, solo lo suficiente para pasar sin problemas. Una vez dentro comprobé que efectivamente él se encontraba durmiendo, enrollado como un niño pequeño son las frazadas de la cama, solo dejando la mitad de su cabeza al exterior, estaba en una perfecta posición fetal y con las manos juntas entre la almohada y el costado de su rostro.
Se veía increíblemente tierno, tanto que sentí deseos de besarlo, no de la manera en que lo besaría en cualquier otro momento, sino que sería como el beso que le daría a un hijo. Un beso cariñoso, un beso suave y en la frente.
Caminé hasta el borde de su cama y me incliné un poco para verlo mejor, se veía hermoso, aún cuando su cabello estaba hecho toda una maraña, aún cuando estaba un poco más pálido que de costumbre y con unas marcadas ojeras bajo el manto de sus espesas y largas pestañas.
Mi mano simplemente se levanto sin mi permiso y la descubrí acariciando su broncíneo cabello, no se movió, ni mucho menos despertó, dormía plácidamente, como un bebé.
Me dejé deslumbrar por el momento, y dejé a mi alma llenarse de la paz que el momento le regalaba. Un hilo de la luz del crepúsculo se coló de las persianas haciendo que la habitación se tornara de un cálido tono anaranjado, iluminando vagamente la piel de las mejillas de Edward.
“Majestuoso” –Pensé.
Cerré mis ojos y respiré de manera acompasada, calma. El aroma de Edward se dejaba sentir en cada una de las partículas de aire que llenaban la habitación. Quise quedarme aquí por siempre, me sentía extrañamente y agradablemente cómoda.
Crucé mis brazos por el rededor de mis costillas y caminé en dirección al sofá blanco que se encontraba a los pies de su cama. Conocía este lugar de la casa casi de memoria, y había tenido el honor de despertar apoyada sobre su pecho ahí en su cama.
Antes de sentarme en el sofá, me detuve a mirar la montaña de libros apilados sobre su escritorio de vidrio, tomé de él el primero que vi. “Orgullo y prejuicio” decía en la portada.
Lo abrí en la primera página y luego pasé por ellas sin leerlas, hasta llegar directo al primer capítulo. Estaba a punto de ponerme a leer cuando sentí que Edward se movió.
-“Bella” –Susurró.
Me enderecé un poco para saludarle, pero me di cuenta de que aún no despertaba. “Estaba soñando conmigo”.
Ambos esbozamos una sonrisa y luego él volvió a moverse y otra vez el silencio se adueñó del cuarto.
-“Me pregunto si yo también soñaré con él”. –Rara vez podía recordar si había soñado algo.
-“Te amo”.- Edward volvió a hablar pero esta vez no se movió.
Alcancé a leer tres párrafos cuando de la nada sentí que alguien me miraba.
-“Te ves hermosa a contraluz”. La voz de terciopelo me hacía volver al planeta tierra.
-“Ya despertaste bello durmiente”.
Bostezó y luego se estiró para incorporarse.
-“¿Llevas mucho tiempo aquí?”.
-“Supongo que una media hora”.
-“¿Porqué no me despertaste?”.
-“Te veías tan angelical durmiendo, que no me atreví a hacerlo”. –Él era más que un ángel para mí.
Me dedicó esa sonrisa torcida que tanto me gusta y dando suaves palmaditas sobre la cama me invitó a sentarme a su lado.
Caminé hasta él, y besé su frente. Acto seguido se corrió un poco dejando el espacio suficiente como para que me acomodara a su lado.
Así lo hice, el calor que había dejado en el espacio vacío me cobijó. Me acurruqué a su lado, y lo abracé dejando una de mis manos sobre su pecho y mi cabeza apoyada sobre su hombro.
-“¿Sabías que eres fascinante cuando estás dormido?”.
-“¿A sí?, y … ¿Sabías que puedo serlo mucho más despierto?” - Pude sentir como su pecho se inflaba y adiviné que en su rosto debía haber una de esas miradas picaronas que hacen que caiga rendida a sus pies.
-“Edward, por favor no empieces, tu madre puede llegar en cualquier momento”.
-“¿Esme no está?” – Percibir su entusiasmo era bastante fácil.
-“No, cuando llegué ella iba de salida, pero de seguro no tarda en venir”.
-“Eso significa que estamos solos…”
Me levanté apoyándome de mis codos para verlo a la cara. Y mis sospechas se confirmaron enseguida. – En su cara se veía al dios de la lujuria en todo su esplendor.
-“Oh… no… Edward… “
No alcancé a terminar la frase, puesto que antes de que siquiera pensara lo que le iba a decir tenía sus labios sobre los míos.
-“Me encantan los riesgos…” - Me susurró al oído.
En ese momento supe que me rendía. Lo había extraño tanto como a sus besos. Y sinceramente no encontraba una excusa válida para negarme a su insinuación.
Tomé con mis manos su rostro y respondí su beso con la misma pasión que él mostraba, sentir el calor de sus labios, y el aliento suyo reemplazando el mío me hiso comenzar a temblar involuntariamente.
-“Parece que tienes frio… Aquí bajo las mantas se está bastante bien”.
Me levantó dejándome sobre su cuerpo, con la otra mano levantó las mantas y luego me dejó caer sobre las sábanas para luego volver a dejar caer las mantas sobre mi cuerpo.
Mis manos como por inercia viajaron hasta su pecho acariciándolo con la yema de los dedos haciendo pequeños círculos.
-“Te amo, ¿Lo sabías?”
-“Lo sé, lo dijiste en sueños hace poco rato”.
Dejó de besar mi cuello y me miró.
-¿Hablé dormido?.
Me reí – “Sí, pero tranquilo que no dijiste nada malo”.
-“Si estaba soñando contigo era imposible que dijera algo que realmente no sintiera”. –Respondió.
Volvió a besarme y con cada caricia suya olvidaba todos mis temores, con cada beso me olvidaba hasta de mi nombre y con cada suspiro solo quería detener el tiempo para tenerlo así conmigo un poco más.
Un cambio en su respiración y en la mía daba aviso de que lo inevitable se abría paso.
Comencé a sentir como la sangre se subía hasta mi cabeza haciendo arder mis mejillas por el calor, a estas alturas nos encontrábamos completamente tapados con las mantas y respirar se hacía cada vez más difícil, mis manos jugueteaban ansiosamente bajo la parte de arriba de su pijama y las de él ya hacían contacto con la piel desnuda de mi espalda bajo mi blusa. Estaba en el cielo, pero sin embargo podía oír nuestros latidos correr la carrera invisible.
Un fuerte carraspeo de garganta nos dejó casi pegados al techo, Edward bajó la sábana que nos cubría y entonces recién nos dimos cuenta de que Esme había llegado y estaba parada en el umbral de la puerta de la habitación.
La vergüenza se abrió paso rápidamente, y ya no solo mis mejillas se sentían calientes, todo mi rostro y al igual que el de Edward; ambos estábamos tan rojos como el carmín.
-“Veo que ya despertaste” –Dijo Esme casi en tono de burla. Mientras que yo le rogaba al mismísimo diablo que hiciera que la tierra se abriera y me tragara en este preciso instante.
Edward se medio sentó en la cama y ya con la cara de un color más normal le respondió.
-“Estamos en medio de la terapia para quitarme este resfriado”.
Casi morí de la vergüenza con las palabras que acababan de salir de la boca de mi novio.
-“Perdón por interrumpir, solo venía a preguntar si Bella se quedaría a cenar”. – Por increíble que parezca Esme nos estaba guiñando un ojo. Al mirarla un poco más me noté que ella también tenía un tono rosa en sus mejillas.
-“¡Trágame tierra por favor!”- Era lo único en lo que podía pensar.
5 comentarios:
aiiiiiiiiiiiii hahahahahha esta muy buena el capitulo me moria de la risa cuando esme entro y la reaccion de bella muy graciossa
jajajaja me encantaaa sisisisis yo quiero cuidarlo puedo?
Jajajajaja, me hubiera gustado verles la cara... o no... que situación más incómoda, no? sobretodo para Esme.
De aquí un ratito paso otra vez a ver si nos regalas esa sorpresita.
Besos
hahahaha la verdad que te quedo super bueno. Sobre todo el final. Al rato me doy una vuelta a ver si nos pones el otro.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA OMG!!!!! YO estoy con gripa sera que Edward no viene y me enseña esa terapia jajajajaja Angy me dejas pegada al techoooo como lo cortas asiii!!! aaaahh quiere matar a tu Nalla ....
te amo mensa
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